-- |
Hay libros escritos sobre porque le pasan cosas malas a la gente buena, pero en realidad nadie tiene la respuesta. Muchas personas dicen que no creen en Dios porque si hubiese Dios no habría tanto sufrimiento en el mundo. Otras personas están enojadas con Dios porque le echan la culpa del caos y la injusticia del planeta.
Pocas personas asumen su poquito de responsabilidad por la situación. En realidad todos tenemos un poquito de culpa y un poquito de responsabilidad en los problemas del planeta.
En Filadelfia una ciudad con muchos barrios pobres de afro-americanos hay mucha violencia y las jóvenes salen embarazadas muy jóvenes sin casarse. Una señora vio la situación y pensó: que tal si yo abriera una escuela en la cual todos los sábados les enseñara buenos modales y actividades hogareñas a un grupo de niñas de mi barrio, y les puedo enseñar a amarse y respetarse a si mismas.
La señora abrió su escuela gratuita y recluto a más o menos 20 niñas. Los sábados las niñas se ponen su uniforme el cual tiene que estar perfectamente limpio y planchado, se arreglan bien el pelo y sin trazas de maquillaje se dirigen a la escuela. Esta obra ha crecido mucho, ahora tiene su propio local, inicialmente era la casa de la fundadora. Ha sido muy exitosa ya tiene varios años de existencia otras voluntarias se han unido a ayudar y las niñas son un modelo de conducta y buenas estudiantes a pesar de que muchas de ellas vienen de hogares destruidos y sumamente pobres. Es irónico en el país más rico del mundo como puede haber tanta pobreza y tanta indiferencia.
Nosotros no podemos resolver los problemas globales pero podemos ayudar a solucionar problemas más chicos o hacer una parte en problemas grandes. Y antes de poner queja y decir porque tanta injusticia a lo mejor es hacer algo aunque sea chico por la paz mundial y el bienestar de todos.
La mejor parte de ayudar a otros es que quien ayuda se siente bien, se siente aun mejor que las personas a quienes ayudan. Es como dar amor entre mas amas mas feliz eres, este es el amor verdadero. Todo que das regresa.
|