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En la más grande crisis económica que USA ha sufrido, en 1929, se cuenta que algunos de los corredores de valores en el mercado de valores de New York (Wall Street) se suicidaron. Millonarios pasaron a mendigos en unas horas.
Con la caída de las acciones cayeron las fortunas de muchos y los trabajos de millones y empezó la llamada gran depresión económica. Empezó todo en un solo día, un lunes, la depresión económica que le siguió duro doce años.
Ese lunes de octubre fue un día horrible en Wall Street. Se cuenta la historia de una señora muy rica que se enteró de lo que estaba pasando.
Preocupada que su marido, quien era corredor de valores, lo había perdido todo, le ordenó a los sirvientes que rentaran un lugar para esconder los muebles por temor a que se los quitaran para ajustar deudas. Estaba casi segura que perdería la casa y todo lo que tenían, así que trataría de salvar por lo menos los muebles.
Cuando el marido regresó a la casa por la noche se asustó al encontrar la casa vacía y le preguntó a la esposa que paso aquí. Ella le contó la historia y lo astuta que había sido, el marido le dijo querida muchos perdieron todo, pero yo gané hoy más de lo que he ganado toda mi vida. Fue un día maravilloso para nosotros.
Mi ministro religioso dice que si la vida fuera el clima la predicción seria: mayormente soleado pero algunos días habrá lluvia. En la vida siempre habrá tiempos difíciles, habrá dificultades y podemos sentarnos a esperar que la situación cambie o cambiarla nosotros.
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