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Cuando sonreímos nuestro rostro se relaja, y esto se extiende a nuestro estado mental y nuestro cuerpo en general. En una ocasión al esperar por el tren en New York note a una señora hispana con un rostro que yo llame de tragedia.
No era que ella estuviese triste, es que su rostro era como un molde que se había formado con una expresión triste, cansada, desamparada y con estrés. Note a esta señora en una estación en el área de la universidad de New York en medio de jóvenes llenos de vida y energía, sonrientes y con esperanza.
Este rostro se grabó en mi mente a lo mejor por el contraste entre los estudiantes de esta universidad tan cara y la inmigrante que parecía haber tenido una vida muy dura. Dicen que a los 20 tenemos el rostro que nos dio Dios y a los 50 el que nos merecemos. Las arrugas se forman por la repetición de movimientos por eso en algunas personas capturan la forma en la que reaccionaban constantemente, son como una foto de nuestras emociones.
El rostro del Papa Juan Pablo II era un rostro muy pacifico y pensativo, un rostro calmado pero con una expresión pensativa y así mismo puedes notar en otras personas famosas las expresiones de su rostro. Hay rostros que reflejan enojo, furia, tristeza, estrés, calma, paz, felicidad y otros. Si pudiese elegir ¿qué quieres que refleje tu rostro?
Si quieres un rostro que refleje buenos sentimientos tu puedes tenerlo, es fácil de obtener llena tu vida de estas emociones. Pon sonrisas en ti y en otros, no dejes que los problemas te agobien y te roben el gozo y la felicidad. Pon pensamientos positivos, pensamientos de excelencia, pensamientos de paz y abundancia. Deja fuera los pensamientos que te dan una cara triste, de celos, de rencor, pensamientos defensivos (una cara de guerrero listo para la batalla), pensamientos cínicos etc.
Es maravilloso, es un poder increíble pero la sonrisa es contagiosa y si tu sonríes les puedes poner a otros sonrisas en la cara. Tu tienes el poder de la sonrisa, úsalo a diario.
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