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Gretchen Rubin era una mujer feliz, tiene dos hijas, un esposo adorable, una carrera exitosa, buena posición económica y es graduada de la universidad de Yale (tal como Bill y Hillary Clinton).
Un día mientras estaba en un autobús en New York (donde vive y trabaja) se le ocurrió algo a Gretchen: Los días son largos pero los años son cortos. Ese día se preguntó a sí misma “que quiero de la vida” y se contestó “quiero ser feliz”
Hay muchos libros que narran la historia de alguien que pasó por algún tipo de tragedia personal o un tiempo difícil y lo dejaron todo y se fueron a un lugar lejano a vivir una aventura o a encontrarse con ellos mismos. Entre estos libros están: Come, reza y ama y otro famoso es Un año en Provincia (en Francia).
Lo que me intriga de estos libros es que las personas que vivieron las historias tuvieron que alejarse de todo en su vida y largarse a un lugar lejano y extraño para llegar a otro nivel de crecimiento personal. Pocas personas pueden hacer eso porque casi todos tenemos responsabilidades locales que nos atan a un lugar. Además la mayoría de las personas no queremos cambiar todo en nuestra vida solo queremos un poquito más.
Gretchen no estaba pasando por ningún apuro, al contrario tenía una vida muy satisfactoria y no quería alejarse de su vida, al contrario quería vivirla plenamente. Y esto es lo que se propone, hacer lo mejor posible con lo que tiene disponible. Gretchen comienza su proyecto felicidad que dura un año. En este mejora algunos aspectos de su vida como tener más energía, ser más ordenada, ser más positiva, ser más saludable, etc.
Al final de su experimento Gretchen dice que es una persona más feliz. Si quieres un cambio en tu vida, si quieres una vida más satisfactoria, si quieres vivir con más intensidad puedes hacerlo donde estas, con lo que tienes, no es necesario irse a Francia, Italia o la India aunque un viaje no le cae mal casi a nadie.
Pero la moraleja es que el viaje es opcional, podemos crecer y ser más felices donde estamos e implementar los cambios que deseamos sin tener que movernos a otro lugar.
Otra moraleja es que siempre hay espacio para crecer como personas aun cuando aparentemente lo tenemos todo. Si hay algún vacío en nuestra vida vale la pena llenarlo.
A veces como en el caso de Gretchen el llenarlo tomó mucha energía, tiempo y dedicación. Y si crees que no tienes tiempo piensa en una abogada con un trabajo, quien además es escritora, participa en muchos grupos sociales, tiene dos niñas y lee mucho y en New York si tiene ayuda domestica es probablemente limitada.
Casi todos tenemos restricciones de tiempo y recursos pero cuando veo a personas que alcanzan sus propósitos aun con menos recursos que yo incluyendo menos tiempo disponible entonces sé que no son excusas validas.
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